Las empresas competitivas son aquellas capaces de crear
a menor coste y mucho más rápido que los competidores, tecnologías o aptitudes
esenciales, que les permiten generar productos y servicios innovadores.
Para ello, las organizaciones han de construir una ventaja competitiva
sostenible. ¿Quieres saber cómo hacerlo? A continuación te lo explicamos.
¿Para qué se desarrollan las ventajas competitivas
sostenibles?
El objetivo de desarrollar ventajas competitivas sostenibles dentro
de las organizaciones no es otro que diferenciarse de la competencia y
así, mejorar la posición dentro del mercado. Podemos decir, pues, que la
creación de ventajas competitivas es el camino para que las empresas
sobrevivan a su competencia.
El padre de las ventajas competitivas no es otro que el reconocido
economista Michael Porter, al que también se le atribuye la
gestación de la estrategia corporativa. Para Porter, la ventaja competitiva se
basa en el valor que una empresa es capaz de generar. Así,
“una empresa se considera rentable si el valor que es
capaz de generar es más elevado que los costos ocasionados por la creación del
producto”.
¿Cómo puedo crear ventajas competitivas
sostenibles?
Para crear ventajas competitivas sostenibles dentro de una organización,
puedes seguir tres sencillos pasos:
1. Identifica tus competencias básicas
En primer lugar, debes determinar qué tarea realiza tu
organización mejor que cualquier otra empresa. Para ello, debes determinar
cuáles son tus competencias básicas. Para desarrollar una
ventaja competitiva sostenible, debes enfocar tu día a día en las actividades
que te diferencian de tus competidores. Muchas organizaciones toman medidas
para eliminar actividades no esenciales, o bien, externalizan otras actividades
que no son sus competencias básicas. De esta manera, podrás concentrarte sólo
en aquello que hace rentable tu negocio.
2. Realiza un análisis DAFO
Es muy frecuente que las empresas utilicen esta herramienta para
desarrollar iniciativas de planificación estratégica. Una vez hayas analizado
en profundidad las variables del DAFO, aprovecha las fortalezas de la
organización y las oportunidades. Otra estrategia muy efectiva es realizar
un análisis DAFO de tus competidores para determinar la mejor manera de tomar
ventaja de sus debilidades particulares y crear estrategias que estén un paso
por delante de las suyas.
3. Desarrollar un plan de gestión estratégica
El proceso de gestión estratégica se utiliza con regularidad para mejorar
la posición de la organización dentro de la industria. Este proceso
comienza con la elaboración de una declaración de misión concreta que
articula la razón de existir de la organización. El objetivo general del
proceso de gestión estratégica es alinear las actividades del día a día
del negocio con su misión.
Las tres estrategias de Porter
Además de estos tres pasos, Porter habla de tres estrategias
genéricas que cualquier empresa puede aplicar para conseguir ventajas
competitivas sostenibles:
1. El liderazgo en costos
Es la estrategia más intuitiva y representa una oportunidad,
si la empresa está capacitada para ofrecer en el mercado un producto a
un precio inferior comparado a la oferta de las empresas competidoras. La
reducción de los costos de producción se puede lograr por distintos medios, por
ejemplo, a través del acceso privilegiado a las materias primas, o a través de
una mayor eficiencia en las faenas de producción.
2. La diferenciación
Esta estrategia es muy atractiva para empresas que quieren construir su
propio nicho de mercado y que apuestan por compradores que buscan
características peculiares del producto distintas a las que ofrecen las
organizaciones competidoras. Algunos ejemplos de diferenciación son: materias
primas de mayor valor frente a los productos en el mercado; servicio al cliente
más específico; ofrecer un diseño más exclusivo, etc.
3. El enfoque
El enfoque consiste en especializarse en un segmento del mercado
concreto y ofrecer el mejor producto, pensado para las demandas y necesidades
este segmento.
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